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- Conexión emociones, órganos y elementos.
La conexión entre emociones, órganos y elementos proviene de varias tradiciones holísticas como la Medicina Tradicional China, el Ayurveda, etc. Estas filosofías consideran que nuestras emociones tienen un impacto directo en órganos específicos y están vinculadas con elementos naturales.
- Punto de vista
Saadi de Shiraz, en su Bostán, afirmó una importante verdad cuando contó esta pequeña historia:
- Ir a clase o practicar yoga
Las clases de yoga son una excelente forma de empezar , pero el verdadero yoga se practica todos los días, en cada acción y pensamiento.
- Yoga Aéreo y mareo
La práctica del yoga aéreo es excepcional para aumentar la flexibilidad, la fortaleza y la sensación de relajación; sin embargo, algunas personas se marean o tienen náuseas durante la práctica. Esto generalmente sucede como resultado de las posturas invertidas, los giros, el balanceo del columpio, que pueden influir en el sistema vestibular del oído interno, que es el encargado del equilibrio, por impaciencia o por miedo. La falta de paciencia puede jugar un papel importante. Cuando una persona desea aprender de manera acelerada las posturas, los movimientos del yoga aéreo, la frustración o la inquietud pueden intensificarse, lo cual puede llevar al mareo. Este estrés adicional puede influir en la respiración, provocando que la persona se sienta más tensa o incluso confundida. El miedo puede provocar mareos, especialmente en actividades como el yoga aéreo, donde se trabaja con posturas poco habituales y en altura. Esto sucede porque el miedo activa la respuesta de “ lucha o huida ” en el cuerpo, lo cual puede influir en la respiración, aumentar la tensión muscular y alterar el equilibrio interno. Así mismo, el miedo puede aumentar la sensación de inseguridad o movimiento, lo que a su vez intensifica la sensación de mareo. Aquí hay algunos consejos para evitar estos síntomas: Evitar comer mucho antes de la clase : Se recomienda no comer en exceso y optar por comidas ligeras, para minimizar el malestar estomacal. Tomar descansos frecuentes : Si sientes náuseas, es útil hacer pausas y regresar a la posición vertical durante unos momentos. Entrenar el equilibrio gradualmente : Con el tiempo, el cuerpo puede adaptarse a estas sensaciones si se practica regularmente. Hidratación : Mantenerse bien hidratado ayuda a reducir los síntomas del mareo. · Incrementar la confianza gradualmente : Comenzar con movimientos más sencillos y progresar poco a poco puede hacer que te sientas más seguro. Enfoque mental positivo : Repetir frases de afirmación como “ puedo hacerlo” o visualizarte disfrutando la actividad puede aliviar el miedo. Movimiento lento : Realizar las posturas con control, despacio. Recordar que es un viaje, no una carrera : Cada pequeña mejora cuenta como un paso hacia adelante. Establecer metas realistas : Fijarse metas pequeñas puede reducir la presión de querer hacerlo todo perfectamente desde el inicio. Practicar la autocompasión : Ser amable contigo mismo frente a los errores o los desafíos es vital. Usar la respiración como ancla : La respiración consciente ayuda a relajar la mente y mantenerse presente, algo esencial para evitar el estrés. Con el tiempo , el cuerpo y la mente pueden adaptarse a los retos del yoga aéreo. * Si los mareos persisten puede ser útil consultar con un médico para asegurarse de que no hay problemas subyacentes.
- La Danza de los elementos
En una remota aldea, vivía una joven llamada Mira, que era conocida por su amor por el yoga y la naturaleza. Un día, mientras practicaba yoga al amanecer, sintió una conexión profunda con los elementos: la tierra, el agua, el fuego, el aire y el éter.
- Día del padre
Cada consejo que me das y cada sonrisa que compartes son tesoros en mi vida.
- La Guerra
Mi amigo no ha regresado del campo de batalla, señor; solicito permiso para ir a buscarlo —dijo un soldado a su teniente.
- Amistad
En un tranquilo pueblo vivían Marta y Laura, dos amigas inseparables desde la infancia. Marta siempre había sido generosa y comprensiva, mientras que Laura, aunque cariñosa, a veces se aprovechaba de la amabilidad de su amiga.
- El león y el ratón
Había una vez un león majestuoso que reinaba en la selva. Un día, mientras dormía, un pequeño ratón corrió sobre su pata. El león, despertando sobresaltado, atrapó al ratón con su gran garra. El ratón, temblando de miedo, suplicó por su vida.
- La Trascendencia del sentirse molest@
En la vida, es común que experimentemos momentos de incomodidad o malestar. Puede ser una frase dicha sin pensar, una acción inesperada o una situación que nos sorprende. Estas pequeñas incomodidades, aunque breves, pueden influir en nuestro estado de ánimo. Sin embargo, es importante comprender que estas emociones no deben definirnos ni afectar a nuestras relaciones con los demás. Sentirnos molest#s no implica que alberguemos rencor o enfado en nuestro interior. Al contrario, reconocer estas emociones y dejarlas ir representa un acto de fortaleza y sabiduría. La incomodidad puede ser indicativa de que algo no nos ha gustado, pero también nos ofrece la oportunidad de reflexionar, aprender y crecer. Al enfrentar estas sensaciones con una mentalidad abierta y sin juzgarnos a nosotr@s mism@s o a los demás, podemos transformarlas en oportunidades de crecimiento personal. Liberarnos del malestar, sin guardar resentimiento, nos permite vivir con una mayor paz interior y disfrutar de relaciones más sanas y armoniosas. Aprendemos a apreciar más las cosas que realmente tienen valor y a no otorgar importancia innecesari@ a las que son efímeras.
- Mal día
H abía una vez, en un pequeño pueblo, un hombre llamado Tomás. Era conocido por su buen corazón y su disposición a ayudar a los demás. Sin embargo, había días en los que parecía un hombre completamente diferente. En lugar de su habitual amabilidad, se volvía gruñón y descargaba su mal humor con quienes se cruzaban en su camino.
- El zorro y las uvas
Un día, un zorro hambriento vio un racimo de uvas colgando de una parra alta. Intentó alcanzarlas saltando, pero no lo logró. Tras varios intentos fallidos, se alejó diciendo: " ¡No las quiero, están verdes!".













