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- El cuervo y el pavo real
Había una vez un cuervo que estaba celoso de la belleza del pavo real. El cuervo pensaba que si tuviera las plumas coloridas del pavo real, sería admirado por todos. Un día, el cuervo encontró algunas plumas de pavo real en el suelo y decidió pegárselas a su propio plumaje. Con su nuevo “traje”, el cuervo se unió a un grupo de pavos reales, esperando ser aceptado. Sin embargo, los pavos reales rápidamente se dieron cuenta de que el cuervo no era uno de ellos y lo echaron del grupo. Además, cuando el cuervo regresó a su propio grupo, los otros cuervos también lo rechazaron por tratar de ser algo que no era. Al final, el cuervo se quedó solo, sin amigos y sin la admiración que tanto deseaba. La moraleja de esta fábula es que la apariencia puede ser engañosa y que es más importante ser auténtico y valorar el conocimiento y las cualidades internas que tratar de impresionar a los demás con una fachada falsa.
- Para mí
Que lo que no sea para mi siga su camino. Que lo que sea para mi se muestre. Que lo que sea para mi llegue. De la manera perfecta y en la frecuencia más alta.
- Ananda
Me gusta leer este cuento cuando creo que me estoy "olvidando" del verdadero significado del Yoga. En un tranquilo pueblo de montaña, vivía un profesor de yoga llamado Ananda. Ananda era conocido por su profunda sabiduría y su habilidad para guiar a sus alumn@s hacia la paz interior. A diferencia de muchos en la era digital, Ananda no tenía redes sociales ni buscaba ser un influencer. Para él, el yoga era una práctica sagrada, no un medio para ganar seguidores. Ananda enseñaba en un pequeño estudio que había construido con sus propias manos. Sus clases eran sencillas pero poderosas, y sus alumn@s venían de todas partes para aprender de él. A menudo, les recordaba que el verdadero yoga no se trataba de las posturas perfectas ni de la popularidad, sino de la conexión con un@ mism@ y con el universo. Un día, un joven llamado Raj llegó al pueblo. Raj era un influencer de yoga con miles de seguidores en las redes sociales. Había oído hablar de Ananda y quería aprender de él. Al principio, Raj estaba más interesado en tomar fotos y videos para sus seguidores, pero Ananda le pidió que dejara su teléfono a un lado y se concentrara en la práctica. Con el tiempo, Raj comenzó a entender la profundidad del yoga que Ananda enseñaba. Se dio cuenta de que el verdadero yoga no se trataba de mostrar al mundo lo que podía hacer, sino de encontrar la paz y la armonía dentro de sí mismo. Raj dejó de lado su deseo de ser un influencer y se convirtió en un devoto estudiante de Ananda. Ananda le enseñó que el ego puede ser un obstáculo en el camino del yoga, y que la verdadera grandeza viene de la humildad y la dedicación. Raj aprendió a valorar la simplicidad, la autenticidad, y su vida cambió para siempre.
- Ana y el Cliente Maleducado
En un pequeño café de la ciudad, trabajaba Ana, una joven camarera conocida por su amabilidad y paciencia. Un día, un cliente entró y, sin siquiera saludar, exigió su café con un tono brusco. Ana, con una sonrisa, le sirvió el café rápidamente. El cliente, molesto por algo insignificante, comenzó a quejarse en voz alta, tratando de humillar a Ana. “ ¡He pagado por este café, así que exijo un mejor servicio!” , gritó. Ana, manteniendo la calma, respondió con suavidad: “ Señor, su pago cubre el costo del café, pero la educación y el respeto son gratuitos y se esperan de todos nosotros .” El cliente, sorprendido por la respuesta de Ana, se quedó en silencio. Reflexionó sobre su comportamiento y, avergonzado, se disculpó. A partir de ese día, cada vez que visitaba el café, trataba a Ana y a los demás con el respeto que merecían.
- El papel arrugado
Contaba un predicador que, cuando era niño, su carácter impulsivo lo hacía estallar en cólera a la menor provocación. Luego de que sucedía, casi siempre se sentía avergonzado y batallaba por pedir excusas a quien había ofendido. Un día su maestro, que lo vio dando justificaciones después de una explosión de ira a uno de sus compañeros de clase, lo llevó al salón, le entregó una hoja de papel lisa y le dijo: ¡ Arrúgalo ! El muchacho, no sin cierta sorpresa, obedeció e hizo con el papel una bolita. Ahora —volvió a decirle el maestro— déjalo como estaba antes. Por supuesto que no pudo dejarlo como estaba. Por más que trataba, el papel siempre permanecía lleno de pliegues y de arrugas. Entonces el maestro remató diciendo: El corazón de las personas es como ese papel. La huella que dejas con tu ofensa será tan difícil de borrar como esas arrugas y esos pliegues.
- ¿Su nombre?
Cierto día, un conferencista acostumbrado a solicitarle a sus oyentes que le remitieran sus dudas o preguntas por escrito, recibe, al terminar de dictar una conferencia, un papel donde aparecía la palabra idiota. Cuando concluye las respuestas a todas las preguntas formuladas por la concurrencia, le dice al público: Me han entregado un papelito de alguien que olvidó poner la pregunta y solo puso su nombre, por favor, puede pasar por la mesa a buscar el papelito con su nombre.
- El estómago y los pies
Un día, mientras un hombre caminaba, sus pies y su estómago comenzaron a discutir. Los pies, orgullosos, dijeron: Mira cómo movemos el cuerpo de un lado a otro. Sin nosotros, no podrías ir a ningún sitio. Somos la parte más importante del hombre. El estómago, dolido, respondió: Puede que seáis importantes, pies, no lo dudo. Pero decidme: ¿a dónde iríais vosotros si yo no os alimentara? Moraleja : No presumas de tus virtudes delante de otr@s porque tal vez no sean las mejores. Demos a cada cual el mérito que le corresponde. Esta fábula nos enseña que todos tenemos un papel importante y que la prepotencia puede cegarnos a la realidad de que dependemos un@s de otr@s.
- Reflexión
Una reflexión que nos invita a ser humildes en el trabajo es la siguiente: No importa lo buen@ que seas en tu trabajo, siempre habrá alguien que sepa más que tú, que tenga más experiencia que tú o que tenga más éxito que tú. Lo importante es que no te compares con l@s demás, sino que te esfuerces por mejorar cada día, reconociendo tus virtudes, tus defectos, y aprovechando las oportunidades de aprendizaje que se te presenten. Así, no solo serás un/a buen/a profesional, sino también una buena persona.
- LA METÁFORA DEL CARRUAJE
Una persona se levanta un día y se encuentra con un regalo: es un precioso carruaje estacionado frente a la puerta de su casa. Entra en él y se da cuenta que todo está diseñado a su medida, todo es muy cómodo y no hay lugar para nadie más. Entonces mira por la ventana y ve "el paisaje": de un lado el frente de su casa, del otro el frente de la casa de su vecino… y dice: "¡Qué bárbaro este regalo!" "¡Qué bien, qué bonito…!" y disfruta de esa sensación. Pero al rato empieza a aburrirse; lo que se ve por la ventana del carruaje es siempre lo mismo, y se pregunta: "¿Cuánto tiempo uno puede ver las mismas cosas?" Y empieza a convencerse de que el regalo que le hicieron no sirve para nada. Se queja en voz alta y cuando pasa su vecino le dice: ·¿No te das cuenta que a este carruaje le falta algo?. Le faltan los caballos - le dice antes de que llegue a preguntarle. Cierto - dice él. Por eso veo siempre lo mismo -piensa-, por eso me parece aburrido. Entonces va hasta el corralón de la estación y le ata dos caballos al carruaje; se sube otra vez y desde dentro les grita: ¡¡Eaaaaa!! El paisaje se vuelve maravilloso, extraordinario, cambia permanentemente y eso le sorprende. Sin embargo, al poco tiempo empieza a sentir cierta vibración en el carruaje y a ver el comienzo de una rajadura en uno de los laterales. Son los caballos que le conducen por caminos terribles; agarran todos los baches, se suben a las veredas, le llevan por barrios peligrosos. Se da cuenta que él no tiene ningún control de nada; los caballos le arrastran a donde ellos quieren. Al principio, era estupendo, pero al final siente que es muy peligroso. Comienza a asustarse y a darse cuenta que esto tampoco sirve. En ese momento ve a su vecino que pasa en su coche y le grita: · ¡Te falta el cochero! · ¡Ah! – dice él. Con gran dificultad y con su ayuda, sofrena los caballos y decide contratar un cochero. A los pocos días asume funciones. Es un hombre formal y circunspecto con cara de poco humor y mucho conocimiento. Le parece que ahora sí está preparado para disfrutar verdaderamente del regalo que le hicieron. Se sube, se acomoda, asoma la cabeza y le indica al cochero a dónde quiere ir. El cochero conduce, controla la situación, decide la velocidad adecuada y elige la mejor ruta. Él… él disfruta el viaje. La metáfora del carruaje es una imagen utilizada en diversas tradiciones espirituales y filosóficas para describir la mente humana. En esta metáfora, se compara la mente con un carruaje que es conducido por un cochero. El carruaje (Cuerpo) Es el vehículo físico que nos lleva a través de la vida. Debe ser cuidado y mantenido para que funcione correctamente, nos permite experimentar e interactuar con el mundo que nos rodea. El cochero (Mente): Es la parte racional que debe controlar y dirigir a los caballos. Sin una mente clara y disciplinada, los caballos pueden descontrolarse. Simboliza la voluntad y el poder de elección consciente. Es quien guía y dirige el carruaje, tomando decisiones y eligiendo el camino a seguir. Representa nuestra capacidad de tomar decisiones conscientes, establecer metas y dirigir nuestras acciones hacia ellas. Los caballos (Emociones y Deseos): Representan las fuerzas vitales y emocionales que impulsan nuestras acciones. Son la parte instintiva y emocional de nuestra mente subconsciente que puede influir en nuestras acciones y decisiones, a veces de manera descontrolada si no se manejan adecuadamente. Uno es noble y obediente, simbolizando la voluntad y el honor, mientras que el otro es indisciplinado y rebelde, representando los apetitos y deseos irracionales. Pasajero (Conciencia o Alma): Es el verdadero “yo” que debe guiar al cochero. "Hemos nacido, salido de nuestra casa y nos hemos encontrado con un regalo: nuestro cuerpo".
- Los gemelos opuestos
Un relato de autor desconocido cuenta que un hombre acaudalado tenía dos hijos gemelos de signo contrario. Desde el mismo día en que nacieron, eran tan diferentes que nadie podía creer que fueran hermanos. De ellos, uno era muy pesimista y siempre estaba triste, mientras que el otro era un optimista incorregible y siempre reía. A punto ya de cumplir dieciocho años, el padre quiso regalarles algo especial y su mejor amigo le aconsejó: Deberías hacer un regalo que compense sus diferencias de ánimo. Al pesimista dale un obsequio impresionante y al optimista, algo que no valga para nada. Aunque era una idea un poco extravagante, el padre decidió seguir el consejo de su amigo. La mañana de su cumpleaños, pidió a sus dos hijos que salieran con él al jardín. Los gemelos se sorprendieron al ver dos bultos, cubiertos cada uno de ellos con una manta: uno era enorme y el otro pequeño. El pesimista retiró la manta de su regalo y descubrió una potente moto japonesa. Al verla, rompió a llorar. Su padre no entendía nada. ¡Me la regalas porque quieres que me mate! El optimista trató de consolar a su hermano, pero era inútil. Su padre le pidió entonces que levantara su manta para ver qué le había correspondido. Pensó que así el otro entendería cuán afortunado era. Al destapar su regalo debajo de la manta apareció un enorme excremento de caballo. El chico empezó a aplaudir muy feliz, dando saltos de entusiasmo. Gritaba tanto que los vecinos empezaron a asomarse a las ventanas, sorprendidos. El hermano pesimista, que aún estaba disgustado con su moto, le preguntó entonces de malas maneras: ¿Eres idiota o qué te pasa? ¿De qué te alegras? Si aquí hay este excremento, es que mi caballo anda cerca —contestó rebosante de felicidad. PARA PENSAR Y CRECER Así es, si así os parece Buda decía que cuando vemos el mundo, lo teñimos con nuestra propia mirada. Por lo tanto, si lo miramos con tristeza, todo nos parecerá triste, mientras que si lo hacemos desde la alegría, nunca nos faltarán motivos para sonreír. Los dos hermanos del cuento simbolizan dos actitudes extremas que puedes tomar ante la vida: verlo todo negro o encontrar en cada cosa un motivo de celebración. Es más, lo importante ya no solo es si miramos el vaso y lo vemos medio lleno o medio vacío. Lo importante es que tomemos la responsabilidad de llenar el vaso, es decir, que pase lo que pase pensemos qué podemos hacer para mejorar las circunstancias que vivimos y las de los seres a los que amamos. Extraído de: "Cuentos para quererte mejor"
- El cojo y el ciego
Este cuento nos narra la historia de dos vagabundos que vivían en un bosque y competían entre ellos por las limosnas de la ciudad. Un día, un incendio arrasó el bosque, y los dos se vieron obligados a colaborar para escapar. El cojo se subió a los hombros del ciego, y así pudieron salir del fuego. Al salvar sus vidas, se hicieron amigos y dejaron su rivalidad. La moraleja: A veces nos dejamos llevar por el egoísmo y la envidia, y no valoramos las cualidades y las necesidades de los demás. Sin embargo, cuando nos enfrentamos a una situación difícil, podemos descubrir que los demás pueden ser nuestros aliados y que juntos podemos superar los obstáculos. También nos enseña que debemos ser agradecidos con los que nos ayudan, y que la amistad es más valiosa que la competencia.
- Día Internacional del Yoga
El yoga une. Es cierto que a veces es difícil lograr una colaboración eficaz entre profesores/as de yoga. Cada profesor/a puede tener un enfoque, estilo y filosofía diferente, lo que en ocasiones puede dificultar la colaboración, pero la cooperación entre profesores/as y practicantes de yoga es muy beneficiosa para tod@s. En este Día Internacional del Yoga, hagamos nuestro el espíritu de unidad y decidámonos a construir un mundo mejor y más armonioso para las personas, el planeta y nosotr@s mism@s.